
Al ver que sus padres no le compraban un perrito cuando era pequeño, él no tuvo problema en coger sus bloques de Lego y crear su propia mascota. Era tan real que le acabó gustando. Cada vez que jugaba a ser astronauta o estrella de rock, reunía sus fichas de colores y armaba guitarras eléctricas o cohetes. Hoy en día exhibe sus creaciones como obras de arte en galerías de Nueva York, París, Hong Kong, Londres y Singapur, donde es conocido como el “artista del ladrillo”. A continuación os daréis cuenta de que


Todo un fenómeno Nathan Sawaya, ¿no creéis?
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